El barquero del Hades me espera en aquel mundo donde vagan eternamente las almas errantes.
Intentaré cruzar las aguas sombrías y turbulentas de Elestigia con su ayuda para llegar al inframundo.
Le pagaré con un óbolo, ese es el precio de mi oscuro y aciago destino. Una vez haya cruzado al otro lado, beberé las aguas del río Leteo y se desvanecerán todos mis recuerdos y vivencias terrenales; beberé el olvido de mi existencia. Adiós para siempre.