Mira el alma su tristeza,
aflora veloz su delgadez,
sombra ciega y vulnerable,
ahora ausente de mi ser.
No alimenta su joven silueta,
cultiva ilusa la aparente belleza.
A solas con su espejo,
mira inconforme su reflejo,
nunca llega el horizonte,
vive oculta en su complejo.
Mi anhelo humano y colosal
dibuja incansable su sonrisa.
Soy aliento interminable,
soy esperanza para ti,
soy la vida paciente,
que siempre vela y cuida de ti…