Devuelto por las sombras
a los confines inalcanzables
del oscuro entendimiento.
Eclipso el tiempo
en las praderas melancólicas
donde el placer duerme.
Susurro con voz real
la sensación fantasmal
en la aurora más lejana.
Las ansias de mi ser
crean abismos etéreos
entre ciegos delirios.
Así,
palidecen las flamas
en el crepuscular vacío.
Allí,
en el hálito inmaterial
donde mi alma habita.