Florece la noche oscura
de su negra corteza;
despliega sombras cautivantes
en la espesura donde miran las lunas.
Endulza tu sonambular silencio
el prisma de mi alma crepuscular;
despiertan los fantasmas nocturnos,
suspiran bajo el aliento de tu aura etérea.
Fluye placentera la imaginación
cautivada por tus infinitas tinieblas;
emana apacible la inspiración
seducida por tu misterio más profundo.
Son tus ecos nocturnos mi espejo,
allí trasciendo en tu lago de calma;
cubres de paz mi espectral conciencia,
aún no despierto,
tu belleza es mi niebla.