Después de la gran catástrofe climática, la tierra se congeló por completo. El último eclipse solar prácticamente colapso el sol en su totalidad, sólo conseguía iluminar un diez por ciento del planeta.
Aquel año murió el verano, la luz se había transformado en sombra y el frío invernal se convirtió en la única estación existente.
La vida como había sido concebida hasta entonces jamás volvió a ser la misma; pero a pesar de ello todos los años, nosotros los últimos humanos volvemos a nacer del fuego eterno en el ritual pagano de las hogueras cuando el reloj marca la medianoche.
Es mi noche abismal, el rito oscuro vuelve a empezar.