Era una noche oscura y tormentosa, yo iba de camino hacia el Bohemian Grove, el misterioso y exclusivo club privado situado en el bosque de Monte Rio.
Había sido invitado para asistir a uno de sus encuentros anuales de verano, pero no sabía a lo que me estaba enfrentando.
Al mismo tiempo que me acercaba al lugar el camino se volvía cada vez más estrecho y empedrado, las sombras de los árboles se alargaban a medida que el sol se ocultaba detrás de las nubes.
Finalmente, llegué a una gran verja de hierro forjado que se abrió automáticamente.
Me encontré en un amplio claro rodeado de árboles, donde varios hombres con trajes y corbatas se reunían alrededor de una gran fogata. Al presentarme fui conducido a una especie de cueva con aspecto muy tétrico donde se me pidió que me uniera a un ritual.
Me sentí incómodo y nervioso, pero no podía negar mi curiosidad. Me uní a la ceremonia que consistía en un extraño culto a una figura mitológica conocida como “Azazel”.
Los hombres se pusieron unas túnicas negras y máscaras con rostros desfigurados, luego comenzaron a danzar alrededor del pentagrama de fuego cantando himnos extraños con voces guturales y ofreciendo sacrificios humanos.
De repente, me di cuenta de que yo era el próximo. Traté de escapar pero los hombres me agarraron y me arrastraron hacia el centro del círculo. Me ataron a una piedra y comenzaron a recitar una extraña oración en un idioma desconocido.
Sentí un miedo indescriptible mientras veía cómo uno de los hombres sacaba un cuchillo y se acercaba a mí. Traté de luchar pero era inútil, me apuñaló en el pecho y sentí como mi vida se desvanecía lentamente.
Antes de morir, escuché risas malvadas y una voz que decía: “El gran Azazel ha aceptado tu sacrificio, ahora tu alma será suya para siempre”.
Nada es lo que parece, solo sé que es un lugar peligroso lleno misterio, donde se practican rituales satánicos y sacrificios humanos.
Yo fui una víctima más de su insaciable apetito en medio de las tinieblas.