Las tierras se han perdido
solo el polvo lunar cae al arroyo;
humo cilíndrico,
vulvas y lápices de colores
truncan mi encuentro con dios.
Caminando sobre sal
muero sin sentir la muerte,
me voy sin conocer el adiós;
este silencio no me pertenece
eres tú quien me lo robó.
Realmente es más real la fantasía
que vivir rodeado por esta agonía;
plasma tu mirada sobre mi piel
podrás brillar más que el sol
en días de lluvia negra.
El horizonte ya no se une con el cielo
hoy es testigo de un inmenso dolor;
floto junto al aire de la ilusión inútil
formando lagos ciegos y vacíos
bajo la llanura de tu dulce piel.