Tu asedio es mi obsesión,
oigo voces, susurros y blasfemias,
veo sombras en mis propias pesadillas,
perturbas mi alma sin poseerla.
El espíritu existe es invisible,
inmaterial ente de la negrura
siento tu placentera figura,
invades mi magma sensorial.
Deléitate Yahveh elogia su poder;
estrella oscura e impía
triza el cosmos material,
en el vacío esquema mental.
Amo de las huestes infernales
ya no echamos de menos la luz;
somos dueños del conjuro demoníaco
el oráculo sepultó al profeta.