Necesito tu ser para calmar mi desalineado escondite; tu figura parcial vuela pronunciando exquisitos murmullos.
Aún así no puedo entender porqué la estrecha rendija me mira desafiante, coqueta y a la vez titilante.
Envuelto en ahogados sollozos vuelvo a mirarte intentando comprender aquellas agudas e intensas emociones. Mi corazón palpita de alegría, intenta no naufragar nuevamente al derretirme en tus labios.
No puedo dormir pensando en los acontecimientos del día, en la luz que me ciega, en los detalles minúsculos confrontados en mi mente.
Ignoré la actitud encantadora que me cautivó cuando descubrí tu inocencia. Me desmorono esclavizado por la frustración con tantos cambios bajo la extrañeza de la luna.
Sé que construir destellos con piedras improvisadas es imposible. Aún así muy lentamente vuelvo a ser el creador de tus versos más ocultos.
