El sol era intenso en medio del turbio cruce lingüístico, su otra personalidad pedía a gritos caer en brazos de la locura; pero yo no podía permitirlo, sabía que era débil para enfrentarla.
Inyectando sabía tras la ruidosa tormenta, las conciencias parecían alinearse; era mi objetivo y mi único fin.
Anclarme al tiempo, a las vivencias se convertían sin duda en la medicina para salir de su desesperada e inquietante dulzura.
Fue retrospectivo, delirante y psicótico, pero aún así, nuestros pasos se juntan, enloquecen y luchan con un único fin a pesar de sus ecos desesperados.