Es difícil entender las equivocaciones fluidas de la mente cuando decides no hacer lo incorrecto. Cruzo bosques vertebrados pisando tiernas raíces que evocan en mi la esperanza de encontrarme nuevamente.
Las horas aún siguen siendo turbias, pero esa voz interior me impulsa para vencer el temor creado durante el apocalipsis; el único refugio eran sus palabras cargadas de sabiduría; fotos dimensionales donde vivimos los instantes más felices y cristalinos.
Jamás me conformé con el bullicio infantil, debía emprender el camino hacia mi otra realidad; di comienzo al viaje entre las brumas de la noche.
Algo se escondía en esos sueños alquímicos, mis deseos iban y venían intentando envolverme. Me sedujeron por fin espolvoreado su infinita esperanza, devolviéndome el sentido, la razón y la nostalgia.