El camino es denso, fugaz y a veces vacío pero las ataduras no son eternas si el equilibrio interior no desvanece con recuerdos del pasado.

Súbitamente y por un instante la euforia me embarga cuando exploro inconsciente los senderos mentales donde mi ser reflexiona oculto en su morada.

Distintas emociones evocan sus epitafios más profundos; navegan herrantes bajo el mar laberíntico donde deambulan las sombras retando a su propio reflejo.


Juan Adalid Diario Poético