Orientado a realidades experimentales nacidas de mi mente, permanecía ausente luchando ante el ente impalpable cargado de impaciencia y conocimiento.
Tensión entre los muros coloridos de la morada al no poder unirme a la entropía de su desesperada galaxia; él nos juntaba, nos separaba, nos sonreía, nos alimentaba con su inocencia.
Un surfear incuestionable es lo que sentía al no poder pisar las enormes olas ocultas tras mi máscara; lo supe sin dudar, había llegado el momento de alternar emociones, de convertirme en escafandra y así, sólo así, derrotar los pensamientos obtusos e invisibles de la nada.