Al mirar la pequeña puerta y observar al otro lado, me di cuenta de la maravillosa galaxia cubierta de hiedra donde los sueños son radiantes y hermosos.
Su esencia es tan inocente, tan sagrada, llena de instantes resplandecientes únicos como el blanco desierto puro y cristalino de su preciosa mirada.
Recorrí valles impensables en aquella fase rem donde soy yo mismo imaginando la felicidad más absoluta y verdadera.
Poco a poco la transición espectral me guía hacia el bosque nocturno donde mi mente se ilumina gracias a su alma angelical tan infinita como el inquieto mar que olea su bella sonrisa.